8 dic 2014

Doña María y sus tortillas de maíz

Esta entrada al blog será un tanto culinaria...tratará de algo tan simple y básico como es una tortilla de maíz pero que “ahorita” vale su peso en oro, por lo menos para una servidora, aunque antes y como buena gallega que soy pensaba... Se non queda outra, haberá que comelas! u Onde estea unha bola de pan de Cea....

Pues sí señores mi estancia en la casa de la familia Ochoa Aguilar transcurrió entre tortillas y tortillas, cafés en “huacales” con Doña Juana (la campeña más anciana) y Don Marciano, paseos con Don Éntimo a lo largo de la comunidad y charlas religiosas en casa de Doña Ángela.  


Pero hoy no estamos aquí para hablar de mi paso por la comunidad sino de las tortillas de maíz, algo muy costoso para una mujer, tanto por el esfuerzo invertido como por el tiempo que lleva y en mi opinión tan poco valorado.

A media tarde, es hora de mandar a los niños a recoger el maíz y desgranarlo, aproximadamente una tina entera de grano para una familia de 7-8 personas.  


Luego es momento del niquesado (cocción del maíz con un poco de cal) y del posterior lavado en el pozo para, al siguiente día, levantarse “en lo oscuro” a quebrar (moler) el maíz.
En la comunidad hay dos opciones para quebrar el maíz: manual o con un molino de motor, por el “módico”precio de 4 Lp. Doña María normalmente por comodidad, rapidez y para charlar un poco con las otras mujeres de la comunidad suele ir al molino.


De vuelta en la cocina se agua un poco la masa y se preparan las tortillas en una tortillera de madera, mientras se pone el comal a calentar.
Con el comal (sartén de barro) bien caliente se colocan las tortillas, vuelta y vuelta están listas para acompañar a riquísimos platos hondureños.


Es increíble la cantidad de tiempo que pasa una mujer de una comunidad en la cocina, la mayor parte de él preparando estas tortillas que pueden parecer insípidas pero para mí tienen un valor incalculable. Y como bien dice el refrán “No sólo de tortillas de maíz vive la mujer” me hubiera encantado que Don Éntimo y sus hijos la ayudaran más en las tareas domésticas y tuviera más tiempo para ella.... pero eso señor@s ya es otra historia!




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